Hoy voy a verte de nuevo, voy a envolverme en tu ropa, susúrrame en tu silencio cuando me veas llegar. Hoy voy a verte de nuevo, voy a alegrar tu tristeza, vamos a hacer una fiesta pa’ que este amor crezca más.
Un par de horas separan a Granaderos del partido más importante del año. Sus pibes, esos que hace algún tiempo fueron “cebollitas” y transitaron su niñez en el fútbol infantil pateando una pelota y gritando goles rojinegros, están muy cerca de la gloria; muy cerca de agregar una página a la hermosa historia de nuestro club.
La ansiedad y los nervios se apoderan de los cuerpos, logrando que sea prácticamente imposible pensar en otra cosa. La aguja del reloj transita cada vez más lento, la piel de gallina difícilmente desaparezca y conciliar el sueño es más complicado que un ejercicio de álgebra.
Lo que no se duda ni se piensa es en la confianza de los hinchas. Todos los que llevan el ADN rojinegro van a estar ahí, presentes, como siempre lo hacen. Ya puedo ver a los muchachos de la banda preparando la fiesta, los integrantes de la comisión pensando en cada detalle para que nada quede librado al azar, la Silvia ofreciendo torta y la demás gente del pueblo pegada al tejido aplaudiendo y alentando; imposible no imaginar a los niños entrando a la cancha con el plantel, queriendo estar en ese lugar en un breve futuro.
Todos juntos y por el mismo objetivo hoy vamos a estar presentes, acompañando y apoyando a quienes con tanta pasión y sacrificio nos representan.
¡VAMOS LOS PIBES!
Juan P. Gandino





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